domingo, 3 de noviembre de 2013

HOY QUIERO HOSPEDARME EN TU CASA

En este domingo XXXI del Tiempo Ordinario, el Señor en el Evangelio sale al encuentro de Zaqueo y quiere hospedarse en su casa. Recordemos quién era Zaqueo: un cobrador de impuestos que estafaba y robaba a la gente. Zaqueo sabía que el Señor iba a pasar y quería verlo  porque tenía necesidad de Él, quería curarse, limpiarse. Y sabía que el Señor iba a tener misericordia de él, porque el Señor ha venido a sanar los corazones, a limpiarnos. ¿Cómo podemos traducir esto a nuestra vida? ¿Nosotros tenemos necesidad de Dios? ¿Cómo son nuestros encuentros con el Señor? ¿De qué me tengo que convertir? Tenemos necesidad de Dios en nuestra vida y necesitamos de Dios porque sin Él no somos nada, sin Él no podemos caminar, no podemos vivir. ¿Qué estoy necesitando de Dios? El encuentro con el Señor. Cristo sale a nuestro encuentro, quiere vernos, quiere hacerse el encontradizo contigo, a pesar de cómo eres, de tus miserias y pecados, quiere verte. ¿Cómo son tus encuentros con el Señor? ¿Qué tiempo le dedicas? ¿De qué me tengo que convertir? Solo tú y Dios lo saben, necesitamos humildad para reconocerlo y comenzar a caminar. El Señor quiere curarnos, quiere sanarnos. A pesar de nuestros pecados solo podemos decir: Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

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