jueves, 5 de diciembre de 2013

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy volvemos sobre la afirmación: «Creo en la resurrección de la carne». Esto no es fácil de entender estando inmersos en este mundo, pero el Evangelio nos lo aclara: el que Jesús haya resucitado es la prueba de que la resurrección de los muertos existe. Ya la fe en Dios, creador y liberador de todo el hombre – alma y cuerpo–, abre el camino a la esperanza de la resurrección de la carne. Esta esperanza se cumple en la persona de Jesús, que es «la resurrección y la vida» (Jn 11,25); que nos ha tomado con él en su vuelta al Padre en el Reino glorioso. La omnipotencia y la fidelidad de Dios no se detienen a las puertas de la muerte. Cristo está siempre con nosotros, viene cada día y vendrá al final. Entonces él resucitará también nuestro cuerpo en la gloria, no lo devolverá al mundo terrenal. Viviendo de esta fe, seremos menos prisioneros de lo efímero, de lo pasajero. Esta transfiguración de nuestro cuerpo se prepara ya en esta vida por el encuentro con Cristo Resucitado, especialmente en la Eucaristía, en la que nos alimentamos de su Cuerpo y de su Sangre. En cierto modo, ya ahora resucitamos, participamos por el Bautismo de una vida nueva, del misterio de Cristo muerto y resucitado. Tenemos una semilla de resurrección, un destello de eternidad, que hace siempre toda vida humana digna de respeto y de amor.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Despierta, ponte en camino, Vigila

Comenzamos un nuevo año con el tiempo de Adviento, no puede ser otro adviento más tiene que ser el adviento de tu vida, en el que nos preparemos de verdad para acoger a Dios en nuestra vida. Tres claves a la luz de la palabra de Dios para vivir esta semana y toda nuestra vida. Despertad, nos dice el Apóstol San Pablo “ya es hora de despertaros del sueño”. Despierta  que el Señor esta cerca, que el Señor quiere venir a tu vida, prepara bien el camino al Señor. Tenemos que estar despierto ante la venida del Señor y ante las necesidades de los demás porque muchas veces nos quedamos dormidos y hacemos oídos sordos a la voz de Dios o nos da igual lo que le pase al que tengo a mi alrededor, un compañero de trabajo, o un compañero del colegio o instituto, o la vecina a la cual nunca le has dicho ni si quiera buenos días. Tenemos que despertad no podemos quedarnos en lo cómodo, en lo fácil, en lo que me gusta o me apetece. Tenemos que ser cristianos comprometidos  bien despiertos, para que así el Señor pueda nacer en cada uno de nosotros. Segunda  clave: ponte en camino, nos decía el profeta Isaías, que para preparar la venida del Señor había que ponerse en camino. Ponte en camino,  a veces estamos parados o sin rumbo en la vida, sin qué dirección tomar, o estar parado y no caminar ante un problema o una dificultad, no dejemos nunca de caminar siempre en dirección hacia Cristo. Busquemos en este adviento si aun no lo hemos descubierto ¿cual es nuestro camino? Solo así sabremos hacia dónde dirigirnos, hacia donde caminar. Y la tercera clave seria: Velar, estar en vela pasa por estar atento a lo que sucede en el entorno y en el mundo en general pasa por hacer discernimiento con los demás para descubrir qué es la voluntad de Dios en cada situación, pasa por rezar. Velar asi nos mantiene firmes en la fe. En este primer domingo se ofrece una respuesta a las incertidumbres de las personas. El profeta no espera la salvación de los hombres ni de los poderes políticos, sino de Dios mismo. Daremos razón de la esperanza  no con nuestras palabras, ni por imperativo moral, sino por un estilo de vida de quien se pone en pie, mira al horizonte, convoca a otros, ajusta velas en fila la barca. La esperanza no es algo que tenemos sino algo que compartimos.

ENCONTRAR UN LUGAR PARA EL SEÑOR

Por eso la liturgia nos regala este tiempo de Adviento. Cuatro semanas para encontrar con el salmista, un lugar para el Señor en nuestra vida. Pero no cualquier lugar. El amor no entiende de apaños sino de entrega. Un lugar central, fundamental. Desde el que todo lo que somos, hacemos y vivimos esté “tocado de Dios”.  El Rey David hace promesa firme de no descansar hasta que encuentre ese lugar. Nosotros estamos invitados a lo mismo. Con perseverancia, con firmeza, desde el gozo.
Pero encontrar un lugar necesita que nos pongamos a buscar con alegría e ilusión. Adviento es tiempo de ilusionarnos con el Dios que no se cansa de venir a buscarnos, que no se concede el derecho de decepcionarse con nosotros, obra suya, aunque en ocasiones el pecado nos manche las manos y el corazón. Dios viene, la iniciativa es suya, nos toma de la mano, nos dice que se puede comenzar de nuevo. Ahora nos toca a nosotros preparar el lugar para acogerle. Siempre existirá la tentación de decirle que “no hay sitio en la posada” porque está demasiado ocupada o estamos demasiado cansados por exceso de realismo, y ya no tenemos el ánimo para recomenzar. Aún así, ¡encontremos un lugar para el Señor!
Para ello es necesario escuchar, como María, como José, como Isaías o Juan Bautista. Escuchar como los grandes creyentes de la historia. Escuchar la Palabra en este año que en nuestra Diócesis estamos empeñados en ser discípulos y misioneros de la misma. Escuchar la Promesa de Dios durante la primera semana de Adviento, escuchar cómo hacerla realidad y cómo descubrir los signos de su venida durante la segunda y tercera semana y por último, escuchar en la cuarta, cómo prepararlo todo para acoger al que viene. Escuchar para acoger y acoger preparando para Él, un lugar en nuestra vida. Y luego, en Navidad, salir, porque el amor es expansivo. Como los pastores y los magos. Y contar a todos “quien es este niño”. Y descubrir con asombro, que fuimos buscados primero. Que sólo puede preparar sitio, quien se deja conducir, aún sin saberlo. Y que, mientras nosotros nos empeñábamos en recorrer el camino que nos separaba de Él, Él ya había recorrido el camino que llegaba a nosotros.
“No daré sueño a mis ojos, ni descanso a mis párpados, hasta que encuentre un lugar para el Señor”

miércoles, 27 de noviembre de 2013

AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA FRANCISCO

Concluyendo ya las catequesis sobre el Credo, hoy quisiera detenerme en la "resurrección de la carne", y hablarles del sentido cristiano de la muerte y de la importancia de prepararnos bien para morir en Cristo.
Para quien vive como si Dios no existiese, la muerte es una amenaza constante, porque supone el final de todo en el horizonte cerrado del mundo presente. Por eso, muchos la ocultan, la niegan o la banalizan para vivir sin aprensión la vida de cada día.
Sin embargo, hay un deseo de vida dentro de nosotros, más fuerte incluso que el miedo a la muerte, que nos dice que no es posible que todo se quede en nada. La respuesta cierta a esta sed de vida es la esperanza en la resurrección futura.
La victoria de Cristo sobre la muerte no sólo nos da la serena certeza de que no moriremos para siempre, sino que también ilumina el misterio de la muerte personal y nos ayuda a afrontarla con esperanza. Para ser capaces de aceptar el momento último de la existencia con confianza, como abandono total en las manos del Padre, necesitamos prepararnos. Y la vigilancia cristiana consiste en la perseverancia en la caridad. Así, pues, la mejor forma de disponernos a una buena muerte es mirar cara a cara las llagas corporales y espirituales de Cristo en los más débiles y necesitados, con los que Él se identificó, para mantener vivo y ardiente el deseo de ver un día cara a cara las llagas transfiguradas del Señor resucitado.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Homilía del Santo Padre en la clausura del año de la Fe

La solemnidad de Cristo Rey del Universo, coronación del año litúrgico, señala también la conclusión del Año de la Fe, convocado por el Papa Benedicto XVI, a quien recordamos ahora con afecto y reconocimiento por este don que nos ha dado. Con esa iniciativa providencial, nos ha dado la oportunidad de descubrir la belleza de ese camino de fe que comenzó el día de nuestro bautismo, que nos ha hecho hijos de Dios y hermanos en la Iglesia. Un camino que tiene como meta final el encuentro pleno con Dios, y en el que el Espíritu Santo nos purifica, eleva, santifica, para introducirnos en la felicidad que anhela nuestro corazón.
Dirijo también un saludo cordial y fraterno a los Patriarcas y Arzobispos Mayores de las Iglesias orientales católicas, aquí presentes. El saludo de paz que nos intercambiaremos quiere expresar sobre todo el reconocimiento del Obispo de Roma a estas Comunidades, que han confesado el nombre de Cristo con una fidelidad ejemplar, pagando con frecuencia un alto precio.
Del mismo modo, y por su medio, deseo dirigirme a todos los cristianos que viven en Tierra Santa, en Siria y en todo el Oriente, para que todos obtengan el don de la paz y la concordia.
Las lecturas bíblicas que se han proclamado tienen como hilo conductor la centralidad de Cristo. Cristo está en el centro, Cristo es el centro. Cristo centro de la creación, del pueblo y de la historia.
1. El apóstol Pablo, en la segunda lectura, tomada de la carta a los Colosenses, nos ofrece una visión muy profunda de la centralidad de Jesús. Nos lo presenta como el Primogénito de toda la creación: en él, por medio de él y en vista de él fueron creadas todas las cosas. Él es el centro de todo, es el principio: Jesucristo, el Señor. Dios le ha dado la plenitud, la totalidad, para que en él todas las cosas sean reconciliadas (cf. 1,12-20). Señor de la creación, Señor de la reconciliación.
Esta imagen nos ayuda a entender que Jesús es el centro de la creación; y así la actitud que se pide al creyente, que quiere ser tal, es la de reconocer y acoger en la vida esta centralidad de Jesucristo, en los pensamientos, las palabras y las obras. Y así nuestros pensamientos serán pensamientos cristianos, pensamientos de Cristo. Nuestras obras serán obras cristianas, obras de Cristo, nuestras palabras serán palabras cristianas, palabras de Cristo. En cambio, La pérdida de este centro, al sustituirlo por otra cosa cualquiera, solo provoca daños, tanto para el ambiente que nos rodea como para el hombre mismo.
2. Además de ser centro de la creación y centro de la reconciliación, Cristo es centro del pueblo de Dios. Y precisamente hoy está aquí, en el centro. Ahora está aquí en la Palabra, y estará aquí en el altar, vivo, presente, en medio de nosotros, su pueblo. Nos lo muestra la primera lectura, en la que se habla del día en que las tribus de Israel se acercaron a David y ante el Señor lo ungieron rey sobre todo Israel (cf. 2S 5,1-3). En la búsqueda de la figura ideal del rey, estos hombres buscaban a Dios mismo: un Dios que fuera cercano, que aceptara acompañar al hombre en su camino, que se hiciese hermano suyo.
Cristo, descendiente del rey David, es precisamente el «hermano» alrededor del cual se constituye el pueblo, que cuida de su pueblo, de todos nosotros, a precio de su vida. En él somos uno; un único pueblo unido a él, compartimos un solo camino, un solo destino. Sólo en él, en él como centro, encontramos la identidad como pueblo.
3. Y, por último, Cristo es el centro de la historia de la humanidad, y también el centro de la historia de todo hombre. A él podemos referir las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias que entretejen nuestra vida. Cuando Jesús es el centro, incluso los momentos más oscuros de nuestra existencia se iluminan, y nos da esperanza, como le sucedió al buen ladrón en el Evangelio de hoy.
Mientras todos se dirigen a Jesús con desprecio -«Si tú eres el Cristo, el Mesías Rey, sálvate a ti mismo bajando de la cruz»- aquel hombre, que se ha equivocado en la vida pero se arrepiente, al final se agarra a Jesús crucificado implorando: «Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino» (Lc 23,42). Y Jesús le promete: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (v. 43): su Reino. Jesús sólo pronuncia la palabra del perdón, no la de la condena; y cuando el hombre encuentra el valor de pedir este perdón, el Señor no deja de atender una petición como esa. Hoy todos podemos pensar en nuestra historia, nuestro camino. Cada uno de nosotros tiene su historia; cada uno tiene también sus equivocaciones, sus pecados, sus momentos felices y sus momentos tristes. En este día, nos vendrá bien pensar en nuestra historia, y mirar a Jesús, y desde el corazón repetirle a menudo, pero con el corazón, en silencio, cada uno de nosotros: “Acuérdate de mí, Señor, ahora que estás en tu Reino. Jesús, acuérdate de mí, porque yo quiero ser bueno, quiero ser buena, pero me falta la fuerza, no puedo: soy pecador, soy pecadora. Pero, acuérdate de mí, Jesús. Tú puedes acordarte de mí porque tú estás en el centro, tú estás precisamente en tu Reino.” ¡Qué bien! Hagámoslo hoy todos, cada uno en su corazón, muchas veces. “Acuérdate de mí, Señor, tú que estás en el centro, tú que estas en tu Reino.”
La promesa de Jesús al buen ladrón nos da una gran esperanza: nos dice que la gracia de Dios es siempre más abundante que la plegaria que la ha pedido. El Señor siempre da más, es tan generoso, da siempre más de lo que se le pide: le pides que se acuerde de ti y te lleva a su Reino.
Jesús es el centro de nuestros deseos de gozo y salvación. Vayamos todos juntos por este camino.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA FRANCISCO

Hoy quiero hablar del perdón de los pecados, que forma parte de la “potestad de las llaves” que Jesús dio a sus Apóstoles.
El protagonista del perdón de los pecados es el Espíritu Santo. Jesús Resucitado, antes de comunicar su Espíritu, mostró los signos de su Pasión, sus llagas, que representan el precio de nuestra salvación, indicando así que el Espíritu Santo otorga el perdón de Dios “pasando a través” de las llagas de sus manos y su costado.
A su vez, la Iglesia es depositaria de esta potestad. No es la dueña, es servidora del ministerio de la reconciliación a favor de los hombres, acompaña su camino de conversión y se alegra siempre de ofrecer este don divino. El sacerdote, un ministro de la comunidad, hombre como todos, también tiene necesidad de misericordia, es a la vez instrumento de reconciliación para sus hermanos. Ha de tener el corazón en paz para sembrar esperanza, y humildad para recibir al hermano o a la hermana pecador que se acerca. Si no está en esta condición mejor que no administre este sacramento.

domingo, 17 de noviembre de 2013

VICTORIA SOBRE EL MUNDO

Jesús señala la persecución como signo de identidad de pertenencia a Él. Persecución que acontece en cada generación. En todas se manifiesta el odio incomprensible a todo lo que huela a Dios. Persecuciones que empezaron ya en el Imperio Romano y que, de una forma u otra, continúan tejiendo el hilo al conductor de la presencia de los discípulos del Señor a lo largo de la historia. Hoy día, en el primer mundo es mas incruenta que cruenta. Ella nos da ocasión para testificar que confiamos y quien nos sostiene, y sobre todo, en manos de quién tenemos depositada nuestra vida, ya que nos pueden arrebatar el cuerpo pero jamás el alma. Somos ovejas del Buen Pastor, el Resucitado, y que nos hace traspasar con ´Él el cerco de las tinieblas de la muerte. En el vencemos al mundo.

"Señor Dios nuestro, compadécete de nuestras debilidad, sobre todo cuando el mal se cierne sobre nosotros por el hecho de ser discípulos de tu Hijo."

viernes, 15 de noviembre de 2013

“LA IGLESIA CON TODOS AL SERVICIO DE TODOS"

Este domingo, 17 de noviembre, se celebra la jornada más importante para la Iglesia Católica en estas islas: “El Día de la Iglesia Diocesana”, es decir, de la Iglesia que vive y peregrina, en nuestro caso, en las islas de El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife. Una Iglesia particular, la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, nacida a partir de su segregación de la Canariense, llevada a cabo el 1 de Febrero de 1819 por el Papa Pío VII. Desde entonces, doce obispos han estado al frente de esta porción de la Iglesia Católica. 

La celebración de este día comenzará con la Eucaristía, presidida por el obispo en la Sede Catedralicia, a las 12:00 horas. Posteriormente, a las 13:30 horas, en el Seminario Diocesano se desarrollará el acto de homenaje a los colabores insignes diocesanos. Asimismo, se aprovechará la ocasión para presentar la nueva plataforma de comunicación de la diócesis que estará abierta al público en Internet a finales de noviembre.

“LA IGLESIA CON TODOS, AL SERVICIO DE TODOS” 

El lema escogido para celebrar esta jornada es: “La Iglesia con todos, al servicio de todos”. En la línea del mismo, el obispo nivariense ha indicado que “toda la activad de la Iglesia Diocesana, con el trabajo y la colaboración responsable de miles de personas, a través de las más de trescientas parroquias y otras instituciones de apostolado y socio-caritativas, son una evidencia palpable de que “la Iglesia está con todos, al servicio de todos”. 

El prelado ha añadido que toda esta labor es posible gracias a que los fieles cumplen con el deber de ayudar a la Iglesia en sus necesidades. “Al celebrar un año más el Día de la Iglesia Diocesana, y cuando es necesario avanzar hacia la autofinanciación, digo a todos y cada uno de los que se sienten católicos: tú eres miembro de la Iglesia y debes colaborar responsablemente en su sostenimiento económico. Cada cristiano, según su capacidad y posibilidades, debe participar activamente en la vida y misión de la Iglesia. Tu aportación es como una semilla que, unida a la de otros, crecerá y dará una cosecha abundante al servicio de todos. Ayuda a la Iglesia y ganamos todos.” 
COLABORADORES INSIGNES DIOCESANOS 

El día de la Iglesia es también un día para agradecer el trabajo de tantas personas que a lo largo de su vida han dedicado tiempo y esfuerzo al compromiso con la labor eclesial. 

Como cada año, nuestra diócesis homenajea de forma especial a diferentes personas, los conocidos como colaboradores insignes diocesanos. En esta ocasión son cuatro los homenajeados. El matrimonio compuesto por Felipe González Herrera y María del Carmen Dorta Álvarez y a título personal Amalia Arias Izquierdo y Leonardo Ruiz del Castillo. 

Felipe González y María del Carmen Dorta, son naturales de Buenavista del Norte. Desde muy jóvenes se comprometieron con diversas labores eclesiales, siempre esforzándose por mantener en las mejores condiciones el patrimonio de la Iglesia en el mencionado municipio. Actualmente, son feligreses comprometidos de la parroquia de Nuestra Señora de Los Remedios, donde Felipe en el año 2006, junto con otros hermanos, reanudaron la Hermandad del Santísimo Sacramento. 

Por su parte, Amalia Arias pertenece a la parroquia de María Auxiliadora en Santa Cruz de Tenerife. Desde joven ha estado comprometida con esta comunidad cristiana, destacando su implicación en el grupo de las Cordimarianas y en el coro de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar. Arias ha pertenecido a los grupos FIVER y durante varios años fue monitora de los Talleres de Oración y Vida del Padre Larrañaga. 

Por último, Leonardo Ruiz del Castillo, es actualmente director de Cáritas Diocesana de Tenerife. En su haber cuenta con una dilatada labor de servicio voluntario a esta diócesis en el campo socio-caritativo. Entró en Cáritas como administrador, el 9 de abril de 1989. Lleva 23 años de voluntariado y desde el 4 de diciembre de 2006, es director de esta entidad. 

XTANTOS 

Como bien es sabido, uno de los objetivos de esta cita y de la campaña que la precede, es solicitar de los católicos y de cuantos quieran ayudar, que colaboren económicamente al sostenimiento de la diócesis, tanto en este día como de modo continuado. Para ello se ha puesto en marcha, un año más, el Plan de Comunicación XTANTOS que tiene como objetivo acercar la labor de la Iglesia, dar a conocer el destino de sus fondos a los ciudadanos e incrementar la X a favor de la Iglesia en la Declaración de la Renta. 

El ecónomo de la diócesis, Víctor Oliva, ha expresado que lo que se persigue con la campaña XTANTOS es, básicamente, tomar conciencia de que somos Iglesia. "Es una buena oportunidad para que todos conozcamos el servicio que se está haciendo. Es importante poder cuantificar e informar, no solo a nivel social, sino a todos los niveles". Preguntado por la salud económica de nuestra Iglesia particular, Oliva indicó que no es todo lo buena que nos gustaría. "Si estuviésemos mejor, prestaríamos más servicios y estaríamos más a la altura de lo que la gente está demandando y necesitando en este momento. Aún así, se mantienen los servicios que consideramos prioritarios para atender a nuestra gente"

miércoles, 13 de noviembre de 2013

AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:

Nos fijamos hoy en el artículo del credo que dice: «Creo en un solo bautismo, para el perdón de los pecados». El bautismo es la puerta de la fe y la fuente de la vida cristiana, de nuestra relación de hijos con Dios y con los hermanos, así como el punto de partida de un camino de conversión que dura toda la vida. Este sacramento constituye una verdadera inmersión en la muerte de Cristo para resurgir con él a una nueva vida. Es un baño de regeneración por el agua y el Espíritu y que nos ilumina con la gracia de Cristo, para que seamos también luz para los demás. En el bautismo la misericordia de Dios interviene de modo poderoso para salvarnos y perdonarnos los pecados, abriéndonos las puertas a una nueva vida. Sin embargo, no disminuye nuestra responsabilidad y nuestro esfuerzo en luchar cada día contra los impulsos del mal y la acción de Satanás, que están siempre al acecho. Hermanos, ¿somos conscientes de que el bautismo es la fuente de nuestra relación con Dios? ¿Se trata de una realidad viva para nosotros? ¿Reflexionamos a menudo sobre este don que hemos recibido, esta unión profunda con Jesús que ha dado su vida por mí? ¿Confío en el amor de Cristo que habita en lo más hondo de mi ser?

domingo, 10 de noviembre de 2013

DIOS DE VIVOS

El Evangelio de este Domingo XVII del Tiempo Ordinario es uno de los pasajes evangélicos en los que se aprecia con más claridad y contundencia la falacia, burla y hasta chanza, empleados por los opositores de Jesús para rebatirle. Le nombran a una mujer, repetidamente viuda y sus siete maridos. Nos llama la atención la serenidad del hijo de Dios. No se altera lo mas mínimo ante estos hombres que, con sus citas de Moisés en mano, pretenden atraparle. Jesús, sabiduría del Padre, no se altera ante su necedad, y, porque les ama – nos ama con nuestras tonterías-, les responde con una palabra de vida: Dios es un Dios vivo y no de muertos. Esto es – podría seguir diciendo- lo que vosotros proclamáis, un día sí y otro también, en el templo citando a Moisés a quien me acabáis de nombrar. Les está remitiendo a las palabras que oyó el libertador de Israel de parte del mismo Dios cuando le hablo en la zarza ardiente. Palabra que testifican que los Patriarcas de Israel estaban vivos: Yo soy el Dios de tu Padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.

Señor, tú que me pusiste y conoces mi nombre, ¿me añadirás un día a la lista de los vivos, al igual que Abrahán, Isaac y Jacob?

miércoles, 6 de noviembre de 2013

AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:
Hoy quisiera hablar de la comunión de los santos, que crece mediante la participación en los bienes espirituales de la Iglesia.
En los Sacramentos nos encontramos con Jesús y, por medio de Él, entramos a formar parte del santo Pueblo de Dios. Todo encuentro con el Señor tiene un carácter misionero. Por eso, los Sacramentos constituyen una invitación a comunicar a los otros lo que hemos visto y oído, a llevar a los demás la salvación que hemos recibido.
A su vez, los carismas son dones y gracias especiales que el Espíritu Santo reparte para la edificación de la Iglesia, es decir, de su santidad y de su misión en el mundo. Ellos enriquecen la caridad, que está por encima de todo. Sin amor, los carismas son vanos. Con amor, hasta el menor de nuestros actos repercute en beneficio de todos.
La caridad es la mayor riqueza de la Iglesia. Vivir la comunión en la caridad significa no buscar el propio interés, sino ser capaces de compartir las alegrías y los sufrimientos de los hermanos, ser capaces de llevar los unos las cargas de los otros.
No lo olvidemos: los bienes espirituales que compartimos en la Iglesia están al servicio de la comunión y de la misión, y mediante la comunión de los santos cada uno de nosotros somos signo y “sacramento” del amor de Dios para los demás y para el mundo entero.

lunes, 4 de noviembre de 2013

ALMUERZO DE LA COFRADÍA

El próximo día 24 de noviembre, celebraremos la Eucaristía de la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, en la ocasión de la clausura del Año de la Fe.

La Cofradía de la parroquia organiza un almuerzo a continuación de la Eucaristía en el Restaurante ''Las Rosas'' como en años anteriores. La entrada cuesta 20€ e incluye el transporte (guagua) y la comida.


SI QUIERES VENIR CONMIGO CARGA TU CRUZ...

La vida evangélica conduce a la Cruz. El Evangelio lo advierte y Jesús nos dice que quien quiera seguirle cargue con su Cruz día tras día. Así pues, aquel cristiano que optando por el Evangelio atraviesa caminos de rosas, si quiere ser sincero debe preguntarse si realmente se ha dejado convertir por Él. ¿Y qué es la Cruz? Tan solo la tensión continua entre los criterios de todo hombre y mujer y los de Dios Padre-Madre fundamentados en la paz, la justicia y el amor materializados en el servicio realizado con la alegría de saberse transformado por el Resucitado. Esta alegría es la luz que deja entrever al entorno que se encuentra ante algo fuera de lo común y que al mismo tiempo deja en evidencia. 

domingo, 3 de noviembre de 2013

HOY QUIERO HOSPEDARME EN TU CASA

En este domingo XXXI del Tiempo Ordinario, el Señor en el Evangelio sale al encuentro de Zaqueo y quiere hospedarse en su casa. Recordemos quién era Zaqueo: un cobrador de impuestos que estafaba y robaba a la gente. Zaqueo sabía que el Señor iba a pasar y quería verlo  porque tenía necesidad de Él, quería curarse, limpiarse. Y sabía que el Señor iba a tener misericordia de él, porque el Señor ha venido a sanar los corazones, a limpiarnos. ¿Cómo podemos traducir esto a nuestra vida? ¿Nosotros tenemos necesidad de Dios? ¿Cómo son nuestros encuentros con el Señor? ¿De qué me tengo que convertir? Tenemos necesidad de Dios en nuestra vida y necesitamos de Dios porque sin Él no somos nada, sin Él no podemos caminar, no podemos vivir. ¿Qué estoy necesitando de Dios? El encuentro con el Señor. Cristo sale a nuestro encuentro, quiere vernos, quiere hacerse el encontradizo contigo, a pesar de cómo eres, de tus miserias y pecados, quiere verte. ¿Cómo son tus encuentros con el Señor? ¿Qué tiempo le dedicas? ¿De qué me tengo que convertir? Solo tú y Dios lo saben, necesitamos humildad para reconocerlo y comenzar a caminar. El Señor quiere curarnos, quiere sanarnos. A pesar de nuestros pecados solo podemos decir: Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

sábado, 2 de noviembre de 2013

CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

Celebramos hoy la Conmemoración de Todos los fieles difuntos. La Santa Madre Iglesia, después de su solicitud en celebrar con las debidas alabanzas la alegría de todos sus hijos bienaventurados en el cielo, se interesa ante el Señor en favor de las almas de todos cuantos nos precedieron en el signo en fe y duermen en la esperanza de la resurrección, y por todos los difuntos desde el principio del mundo, cuya fe sólo Dios conoce, para que, purificados de toda mancha del pecado y asociados a los ciudadanos celestes, puedan gozar de la visión de la felicidad eterna.

viernes, 1 de noviembre de 2013

CUIDADO CON EL RECUERDO DE LOS SANTOS...

Decía San Francisco: “es una gran vergüenza para nosotros, siervos de Dios, que los santos hicieron las obras y nosotros, recitándolas, queremos recibir gloria y honor” (Admonición 6ª).

Podemos caer en la tentación de preferir interpretar, contar, hacer discursos, enseñar... en vez de implicarnos. Hablar del Evangelio y del camino de los santos, de sus grandes y hermosas hazañas, con la ilusión de que así ya lo vivimos o los seguimos. 

El primado de la vida y de la praxis son notas características de San Francisco y su carisma.

Oración: Padre Santo, que manifiestas tu gloria en la asamblea de los santos, Tú nos ofreces el ejemplo de su vida, la ayuda de su intercesión y la participación en su destino, para que, animados por su presencia alentadora, luchemos sin desfallecer en la carrera y alcancemos, como ellos, la corona de gloria que no se marchita, por Cristo, Señor nuestro.

Santos y Santas de Dios, ¡rogad por nosotros!

¡PAZ Y BIEN!

Pedimos disculpas desde esta herramienta de comunicación de nuestra parroquia por haber olvidado el cuidado y actualización de este blog. A partir de hoy volveremos al normal funcionamiento de este blog a través de las noticias, avisos y reflexiones de nuestra comunidad parroquial de Nuestra Señora de Candelaria.